martes, 25 de febrero de 2014

¡My yellow submarine!

Con la maleta en la mano, coloco el gorro gris sobre mi cabeza. El humo del carbón quemado que desprende la máquina del tren hace desaparecer mi figura, poco a poco como una tenue sombra. Desaparezco estando, nunca me he ido pero me marcho. Adiós te grito mientras subo al vagón que me llevará lejos de ti. Lo último que te queda de mi tan solo es mi espalda cubierta con una chaqueta de traje, y una historia que no apreciaste por mucho que te importase...

Observo el vagón por dentro y sonrío, sin mirar atrás me siento en un banco de madera… tan cómodo. El tren se pone en marcha y sin pestañear se pierde en la lejanía. Ese tren del cual no me quisiera bajar, es el cual me está dando una sonrisa tras abandonar todo en esa vieja estación.

Otros ojos me sonríen dentro del vagón tan solo unos instantes y ya he dejado de pensar en ti… adiós mentiras, adiós falsas palabras y tristes lágrimas. Una vivaz sonrisa que ofrece unas vías a este tren descarrilado. De ilusiones se vive, pero prefiero arriesgar a unas incorrectas pero sinceras a seguir viviendo unas falsas… ¡I,m Happy, she is my yellow submarine!

-Happy-
             

domingo, 19 de enero de 2014

Lágrimas de Mar.

Y mucho le agradezco, le agradezco dejarme amarla por un tiempo. Poderle haber dado todo de mí aunque fuese insuficiente o demasiado. Siento no haber encajado en el puzle del momento de su vida. Quizá en otra vida si lo haga… pero no me arrepiento. Cada lágrima por ella ha sido mi amor que se ahoga al no poder dárselo por completo. Aunque ahora la luz parece apagada, lo que iluminó una vez bien iluminado estuvo. Odio las preguntas que te hice y las curiosidades que mataron a este ratón que se convirtió en un gato. Lamento el haber querido aclarar una historia que era confusa pero bonita. La felicidad de esos momentos nunca olvidaré… fue tan completa, que aprendí mucho sobre mí. Lo que creía estaba perdido dentro de mi cabeza volvió en forma de caos para volverme loco, pero era esa locura que tanto echaba de menos. 

Quizás debiera dejar que el mar que forma parte de esta historia quedase en calma, pero un mar no sería mar sin tormentas. Sin esas tormentas que hicieran valorar el tiempo en calma, ni echarlo de menos… Ahora simplemente vago como un naufrago hablando con su “coco”, hablando solo pero pensando muchas cosas. Esperando que el mar que una vez me arropó vuelva querer formar parte de mí. Da igual que este naufragio dure décadas, el objetivo que me mueve es la vida y como la “vida de Pi” yo me aferraré a ella, aunque tenga que estar escondido y simplemente lejos. Aunque el silencio y la tristeza invadan cada rincón de este profundo mar, y ni si quiera las estrellas sean capaces de mirarme. Sé que alguna vez todo cambiará y la luna guiara mi barca, sus corrientes empujaran mis ilusiones y juntos flotaremos entre las aguas cristalinas del mar, ese mar que las lágrimas formaron.


-Happy-

viernes, 17 de enero de 2014

Adiós pequeña, adiós...

Inspiración y locura ven a mí, orienta mi pluma en el papel. Impregna de palabras mi mente y plasma en el lienzo de mi vida las palabras que fluyen por mi cuerpo como impulsos eléctricos que circulan por un cable. Centra mi mente en el teatro, la música y la escritura, en el deporte y la montaña, pues todo es un mismo ser y una misma locura que inspira. Inspira locamente y enfoca mi cabeza a estas cosas que no se irán jamás, a estas cosas que no nos abandonan ni dañan con palabras confusas. Desconecta arduos pensamientos de una bipolar felicidad y hazme vivir sensaciones que ninguna personas será, jamás, capaz de hacerme disfrutar.

Adiós pequeña, adiós...

-Happy-



miércoles, 1 de enero de 2014

Entre carcajadas:

Y disfrutaba de todas la pequeñas cosas de la vida… Se le veía en los ojos y en esa risa desquiciada. En como transmitía música a través de sus dedos y como nos la dejaba escuchar. Detrás un paisaje precioso, un sol radiante que se reflejaba en el tejado y los cristales de las casas.


 El humo de las chimeneas envolvía el frío que se colaba entre los dedos de aquél genio. Una mente difícil de comprender acompañada de una voz tranquila y profunda. A la vista de un cualquiera parecería un hombre acabado, un hombre loco. Un loco dentro de una familia desestructurada. Una familia que se rompe… pero ahí estaba él, guitarra en mano. Disfrutando y transmitiendo su mente en forma de melodía, expulsando todos sus problemas a través de la música. Con una mirada inocente y una risa de niño. Hablando de las bellezas de la vida… 

-Happy-