lunes, 20 de febrero de 2012

Aprietas los dientes dentro de tu boca tan fuerte que tu mandívula aumenta su volumen manifestando la fuerza de rabia que estás haciendo por no dañar tus puños golpeándolos frenéticamente contra una pared.
Tu cabeza da mil vueltas, todo lo que piensas…¿es amor? … ¿amistad? … ¿o solamente es asi porque tu cabeza no esta cuerda y no sabe ni lo que quiere?
En cualquier caso, cierras los ojos, de ellos gotean lágrimas de desesperación, suaves lágrimas que acarician tu rostro durante su recorrido hacia tus labios.
Aprietas los puños, se hinchan tus venas, gritas al olvido ¡Dioss! Le pides explicación al cielo, un porqué , te arrodillas para no caer al suelo la noche cubre tu soledad y piensas, ¿merece la pena arriesgarlo todo por posiblemente nada?¿Te arriesgas a perder lo que para ti es todo, pero que puede llegar a ser nada…?
¿Es el momento? 
Tu corazón sangra de sufrimiento por la espera, la indecisión, tu alma se marchó con ella para verla despertar, tumbada en su cama, ver su sonrisa tras una mirada, tocar sus labios y sentir su calor.
Te vuelves loco, de pensar si será verdad el sueño que vive en tu cabeza, ¿o solo es una difusión de la vida? 
¿Le pasará lo mismo que a mí? Haces lo posible por sacarla de tu cabeza, intentas convencerte de que no es lo correcto, no rompas algo que podría durar siempre, pero tú no quieres que sea así, de esta manera, quieres un siempre distinto…
¿Y si la pierdo para siempre? Quieres que deje de caminar a tu lado ,y que qué se ponga a caminar contigo, pero sabes que no quieres arriesgarte a que se aleje de ti, aunque le tengas que mentir, para no mostrar tus sentimientos.
Buscas olvidarte de ella de cualquier manera, solo por no perder lo poco que tienes de ella, que aunque es mucho, no es suficiente, pero es mejor que nada…
Te muere de celos, pero no puedes manifestarlos, quieres acariciar sus mejillas, besar su boca, ser sus sonrisas , formar algo importante en su vida…
Al final decides, seguir tu monótona vida, que ella no sepa lo que hoy sientes por ella, es cobarde, pero prefieres verla entre las sombras que no verla nunca más…




Alejandro Parpal Cabanes