Con la maleta en la mano, coloco el gorro gris sobre mi
cabeza. El humo del carbón quemado que desprende la máquina del tren hace
desaparecer mi figura, poco a poco como una tenue sombra. Desaparezco estando,
nunca me he ido pero me marcho. Adiós te grito mientras subo al vagón que me
llevará lejos de ti. Lo último que te queda de mi tan solo es mi espalda
cubierta con una chaqueta de traje, y una historia que no apreciaste por mucho que te importase...
Observo el vagón por dentro y sonrío, sin mirar atrás me
siento en un banco de madera… tan cómodo. El tren se pone en marcha y sin
pestañear se pierde en la lejanía. Ese tren del cual no me quisiera bajar, es
el cual me está dando una sonrisa tras abandonar todo en esa vieja estación.
Otros ojos me sonríen dentro del vagón tan solo unos
instantes y ya he dejado de pensar en ti… adiós mentiras, adiós falsas palabras
y tristes lágrimas. Una vivaz sonrisa que ofrece unas vías a este tren
descarrilado. De ilusiones se vive, pero prefiero arriesgar a unas incorrectas
pero sinceras a seguir viviendo unas falsas… ¡I,m Happy, she is my yellow submarine!
-Happy-