domingo, 22 de septiembre de 2013

Una sonrisa entre las balas.

Gotas de lluvia sobre el cristal mojado, una mano empaña y deja la marca de sus dedos sobre esta superficie transparente y gélida. Al otro lado de la venta un parque vacío y solitario, un parque sin risas y carcajadas de niños inocentes. Ya no hay niños que jueguen al balón, dejaron su infancia por causa de la guerra.
Tras esa mano un rostro triste y empapado en lágrimas imagina que el sol ilumina sus sueños y deja brillar el camino de una vida mejor.

 De pronto un destello ilumina el cielo, ¿Será el sol que asoma entre gotas de lluvia atravesando las nubes?. Por unos instantes esa niña escucho en su cabeza la risa de esos niños que murieron a causa de las bombas, pero ese pensamiento cesó al escuchar un ensordecedor estruendo.


En ese momento un silencio desesperante, la niña que se había agachado se vuelve a levantar y mirar por la ventana. Unos simples segundos de silencio antes  de que la bomba rompiese los cristales por los que ella miraba acabando con sus sueños, con sus lágrimas y risas… Simplemente acabando con su vida. Una vida que en esta sociedad no importa nada, es muerte como resultado de un juego político y militar. 

Una niña muerta, que nunca llegará a entender porque dos personas juegan a matar con las vidas de otras personas. Y una niña que nunca entenderá, que es la vida siendo niña… pues ella nunca tuvo tiempo

-Happy Parpal-.