Gotas de lluvia sobre el cristal mojado, una mano empaña y
deja la marca de sus dedos sobre esta superficie transparente y gélida. Al otro
lado de la venta un parque vacío y solitario, un parque sin risas y carcajadas
de niños inocentes. Ya no hay niños que jueguen al balón, dejaron su infancia
por causa de la guerra.
Tras esa mano un rostro triste y empapado en lágrimas
imagina que el sol ilumina sus sueños y deja brillar el camino de una vida
mejor.
De pronto un destello ilumina el cielo, ¿Será el sol que asoma entre
gotas de lluvia atravesando las nubes?. Por unos instantes esa niña escucho en
su cabeza la risa de esos niños que murieron a causa de las bombas, pero ese
pensamiento cesó al escuchar un ensordecedor estruendo.
En ese momento un silencio desesperante, la niña que se
había agachado se vuelve a levantar y mirar por la ventana. Unos simples
segundos de silencio antes de que la
bomba rompiese los cristales por los que ella miraba acabando con sus sueños,
con sus lágrimas y risas… Simplemente acabando con su vida. Una vida que en
esta sociedad no importa nada, es muerte como resultado de un juego político y
militar.
Una niña muerta, que nunca llegará a entender porque dos personas
juegan a matar con las vidas de otras personas. Y una niña que nunca entenderá,
que es la vida siendo niña… pues ella nunca tuvo tiempo
-Happy Parpal-.